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Cómo integramos la disciplina desde la Arquitectura

¿Te gustaría integrar nuevos hábitos y/o disciplinas a tu día? ¿a qué espacios en tu casa les da mayor prioridad?



¿Cuántas veces hemos tenido ganas de tener alguna habilidad y/o de desarrollar alguna disciplina que nos haga sentir mejor, más vivos, más hábiles, más saludables o expertos, ya sea en algún deporte, en la música o en algún área artística, etc? Ya que para llegar a cierto nivel de destreza en cualquier ámbito, requerimos de tiempo y dedicación. Y esto significa otorgarle varias horas de tu vida para poder lograrlo.


Cuando eres niño normalmente cuentas con mayor disposición de tiempo, por lo que se facilita el desarrollo de ciertas actividades y la facilidad para generar nuevas destrezas, sin embargo cuando ya contamos con ciertas rutinas laborales, familiares, etc.. incorporar las cosas que nos gustan, que nos llenan y que nos hacen vibrar alto se nos complica un poco y las vamos apartando, por lo que debemos hacer un esfuerzo mayor y tenemos que ver la forma de cómo integrarlas o re-integrarlas en nuestra vida. Y una de ellas es a través de la arquitectura.

Y cuando hablo de arquitectura no me refiero a hacer cambios drásticos en tu casa, si no que en la transformación y/o creación de espacios. Espacios que fomenten y te faciliten incorporar las cosas que te hacen bien en tu vida.


Indago en esto, ya que recientemente empecé a retomar mi guitarra. Aprendí a tocar cuando estaba en el colegio, cerca de los 15 años y fue una herramienta muy poderosa de contención. Podía estar los recreos entero tocando y cantando. Como mala alumna que fui, dedicaba mis tardes, en vez de hacer las tareas, a sacar canciones y las repetía una y otra vez hasta dominarlas. Entrando a la universidad la fui dejando de lado, tanto los estudios, como los eventos sociales ya no me daban tanto tiempo “libre” para practicar. Libre entre comillas, ya que claramente contaba con la libertad para seguir tocando, sólo que priorizaba estas otras cosas, nuevas, que me entretenían. Y así de a poco, dejé de tocar por completo, guardé la guitarra en la bodega y olvidé gran parte de las canciones que sabía. Cada vez que tomaba una guitarra en la casa de algún amigo, quedaba con la cabeza en blanco y me invadía la nostalgia.


Hice varios intentos por retomarla, me aprendía una canción, la lograba tocar bien y la dejaba. Al no dedicarle el tiempo, a la semana ya la olvidaba, estancando mi práctica y haciéndola muy poco fluida. Y es que un simple detalle en tu casa puede hacer una gran diferencia para desarrollar tus hábitos. En mi caso, la guitarra la hice parte de un espacio, la dejé en un atril en mi living/escritorio y aunque sinceramente como decoración no es de mis favoritas, el simple hecho de tenerla a disposición en el espacio que habito y cerca de un lugar cómodo para tocarla, me ha permitido retomar el hábito.


Si queremos desarrollar una destreza, tenemos que dedicarle las horas que corresponden y a la vez tenemos que habilitar un espacio para darles cabida.


Si quieres construirte algo nuevo, es un excelente momento para evaluar cuales son los espacios que quieres tener, y cuáles son los hábitos y las destrezas que quieres desarrollar, un buen diseño te puede facilitar a ello. Y a la vez, si ya tienes tu casa, puedes buscar la forma de integrar y habilitar los espacios para esto.


"El espacio y el tiempo determinan nuestra experiencia humana"

y ¿Cuáles son nuestras prioridades? A que le dedicamos el tiempo y que espacios queremos tener en nuestras vidas. Por ejemplo ¿Es acaso el espacio de la televisión un lugar prioritario? La comúnmente llamada “sala de estar” es precisamente para estar y compartir en familia, pero lo más común que sucede es que la tenemos estrictamente asociada al acto de ver televisión. Y ¿Qué piensas acerca de compartir un espacio mientras ves televisión? ¿es realmente una instancia de convivencia? Quizás sí o quizás no, lo importante es poner el foco a que es lo que realmente queremos vivir como experiencia en cada espacio de nuestras casas. Si nos encanta ver películas, creemos el espacio para ello, otorgándole las dimensiones, la luz, el sonido y todo lo que contemple aumentar aquella experiencia.


Si queremos eliminar la televisión de nuestros hábitos, hay que partir por no cederle un espacio en nuestra casa, y de esta forma en nuestra vida. Es aquello a lo que le dedicamos horas de nuestro tiempo, en lo que nos estamos desarrollando, creando habilidades y transformándonos en maestros.


Estamos muy acostumbrados a los formatos tradicionales de las casas, pero quizás para adquirir los hábitos que nos llenan, tenemos que inventarnos espacios diferentes, que nos fomenten y nos direccionen a desarrollar las cosas que amamos y que nos hacen sentir plenos.



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