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Arquitectura sustentable, bioclimática y diseño pasivo

El termino sustentabilidad en arquitectura se presta para muchas interpretaciones, ya que es una palabra que está muy en boga y a mi parecer un poco manoseada. La sustentabilidad no significa implementar un sistema de energía solar para ahorrarnos gastos eléctricos en el plazo de 20 años, ni tampoco la reutilización de aguas. Va más allá, es un concepto mucho más amplio que solo un concepto aplicado en términos de diseño y/o eficiencia energética.


La sustentabilidad se abarca desde las decisiones primarias, desde el inicio del proyecto, desde el mandante y sus requerimientos ¿Cuáles son sus necesidades? ¿Cuántos recursos dispone y como los podemos utilizar de la mejor manera? ¿Cuál es su capacidad física? Edad, por ejemplo, el uso y el horario que se le dará a su proyecto, etc… La sustentabilidad abarca desde la responsabilidad social dentro de todos los actores involucrados. De qué forma intervenimos nuestro entorno natural, cultura, social y urbano; En la construcción, ¿de donde son nuestros materiales? ¿Cuál es su huella de carbono, el manejo de los mismos? ¿Cuál es el gasto energético que considera una construcción durante la ejecución y luego durante todo su ciclo de vida? Del proyecto en sí, su función, como influye al contexto.


Son infinitas decisiones involucradas lo que podría determinar si un proyecto es sustentable o no. Como arquitectos, constructores y todos los involucrados, debemos tratar de abarcar la mayor cantidad posible dentro de nuestras capacidades.



Sin embargo, en la arquitectura se han desarrollado dos conceptos un poco más acotados referentes únicamente al diseño, como son el diseño pasivo y la arquitectura bioclimática. Ambos conceptos engloban un mismo significado, y es que el diseño se desarrolla en base a los recursos existentes de la naturaleza.

Tanto el diseño pasivo como la arquitectura bioclimática apuntan hacia una arquitectura de confort que involucre el menor gasto energético posible en su uso. Incluso podemos encontrar una certificación denominada Passivhaus o zero energy, muy populares en Estados unidos. Donde las casas cumplen con tal nivel de hermeticidad que no requieren consumo energético alguno en el largo de su ciclo de vida, pudiéndose implementar incluso bajo climas muy extremos.

El concepto de arquitectura bioclimática se identifica de una manera un poco más práctica y tangible. Esta propone ciertas estrategias para diseñar en base a la condición climática del proyecto, en base al sol, las lluvias, los vientos, la humedad, la posición en el terreno, etc… Es un modelo teórico que ha ido evolucionando para ir concretándolo como una ciencia cierta.


Una herramienta que nosotros utilizamos es el diagrama de Givoni. Este es un diagrama representativo sobre una carta psicométrica. Una carta psicométrica es un gráfico basado en un clima específico que mide las características del aire, la humedad y la temperatura para evaluar la sensación térmica y de confort. El diagrama nos determina el rango de confort del lugar y de qué manera o con que estrategias pasivas de arquitectura podemos ampliar este rango para reducir nuestro consumo energético.



Las estrategias que propone son: ventilación natural, ganancias solares, control solar pasivo, enfriamiento de masa, inercia térmica, ventilación nocturna, enfriamiento por ventilación.


El diagrama nos entrega un espectro bastante claro respecto al clima de cada lugar, por lo que obtenemos una base importante teórica para dar inicio al proyecto de arquitectura. Teniendo resuelto el proyecto podemos luego modelarlo con información en un software de simulación energética. Este software es capaz de entregarnos la estimación de consumo energético en el tiempo que nosotros mismos determinemos, dándonos la posibilidad de seleccionar los materiales más óptimos para desarrollar un proyecto que tenga el menor consumo energético posible dentro de un marco que no implique un gasto económico excesivo. Este software nos entrega la facilidad de elegir nuestra inversión inicial en base a un ahorro a largo plazo. A pesar de ser un modelo teórico, se acerca bastante a la realidad y nos permite diseñar y seleccionar nuestros métodos constructivos y materiales con una determinación más clara para obtener un buen resultado durante todo el ciclo de vida de un proyecto.


La eficiencia energética en un proyecto no solamente influye a nuestro contexto cercano o al medio ambiente, sino que también nos afecta directamente a nosotros mismos, tanto porque somos nosotros quienes habitamos esta tierra, valga decir, como también por el ahorro económico y todo lo que le implica de manera personal y emocional al respecto de lo mismo.





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